Un festival de rock terminó con instrumentos quemados además de vendedores y fans enojados.
El fin de semana pasado se llevó a cabo en la CDMX el evento Knot Fest meets Force Fest, que a causa de la mala organización terminó en desastre no sólo para los fanáticos del rock, si no también para los músicos y hasta los vendedores.
Todo comenzó cuando los asistentes rompieron una barricada, lo que ocasionó que Evanescence y Slipknot, no salieran al escenario, argumentando que lo primero era la seguridad de sus fans y que saldrían a cantar cuando la situación se arreglara, cosa que nunca sucedió.
Ambas bandas darían su show al día siguiente si los asistentes se retiraban ordenadamente, en respuesta, el público quemó la batería de Evanescence y realizó diversos destrozos, por lo que las presentaciones se cancelaron definitivamente, lo que dejó a los fans decepcionados y a los vendedores con la mercancía las bandas, lo que deteonó la creatividad de uno de ellos quien ofrecía la playera de “los culeros que no salieron”.