“Una dura venganza está esperando a los criminales que tienen las manos manchadas con su sangre”.
El Presidente de
Estados Unidos Donald Trump ordenó un ataque a Qasem Soleimani, jefe de la
unidad de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de
Irán (IRGC, por sus siglas en inglés).
El Pentágono ha especificado que Trump aprobó el atentado a Soleimani porque “estaba
desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos estadounidenses
en Irak y en toda la región”.
Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, Qasem Soleimani era
culpable de varios ataques contra bases de la coalición en Iraq en los últimos
meses, incluido uno que ocurrió el pasado 27 de diciembre.
Tras la muerte del militar iraní, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí
Jamenei, amenazó con que “Una dura venganza está esperando a los criminales que
tienen las manos manchadas con su sangre (la de Soleimani) y con la de otros
mártires del incidente” y además declaró tres días de luto en aquel país.