El Instituto Earth Wathch acaba de declarar a las abejas como la especie más valiosa del mundo en el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Londres.
Para nadie son secreto los beneficios directos que para la vida y la Salud humana representan los productos elaborados por las abejas. Pero la realidad es que no debemos detenernos solamente en pensar en los beneficios que aporta para nuestra salud sino valorar su más extensa función en la cadena natural que es la polinización sin la que definitivamente la vida en el planeta sería imposible.
La abeja es el único insecto que proporciona alimentos a los seres humanos.
Las abejas y la diversidad es el proceso de interacción entre los seres vivos y el planeta, la relación entre sí y por supuesto, la respuesta biológica del medio ambiente hacia las especies.
En este proceso la abeja tiene una función vital ya que la agricultura mundial depende en un 70% de estos insectos, dicho más claramente 70 de cada 100 productos que usamos para alimentarnos dependen exclusivamente de las abejas.
El equilibrio se explica por sí mismo: Sin la polinización las plantas no podrían reproducirse y sin plantas la fauna también desaparecería y en consecuencia, los humanos.
Teorías que explican su desaparición Una de las hipótesis que explica la desaparición masiva de las abejas es la telefonía móvil. Esta conclusión definitiva fue afirmada por el Instituto Federal de Tecnología de Suiza luego de probar que las ondas emitidas durante una conversación son capaces de desorientarlas hasta llevarlas a la muerte, al conseguir que pierdan el sentido de dirección y con esto su dinámica de vida.
Mediante más de 83 experimentos el investigador y biólogo Daniel Favre demostró inequívocamente que ante la presencia de una comunicación celular las abejas producen un ruido diez veces mayor que el habitual y este comportamiento es el que usan para avisar al grupo que urge abandonar la colmena ocasionando el fenómeno CCD o “problema de colapso de las colonias”.
La otra, por supuesto, es la del uso de pesticidas en la fumigación de los cultivos. Estos productos contienen sustancias químicas que actúan como neutoxinas y se adhieren a los insectos al libar las flores. Posteriormente son acarreados a las colmenas donde contaminan el resto de los productos que procesan en común como la cera, propóleos y diversas mieles con la fatal consecuencia de afectar al resto del panal incluida la abeja reina sin la cual la colmena desaparece indefectiblemente. También al ocurrir estas migraciones masivas, las crías o larvas quedan abandonadas y lógicamente también desaparecen.
Soluciones
:Para la comunidad científica es muy difícil plantear soluciones susceptibles de ser ejecutadas.
La infraestructura tecnológica y la mentalidad actual harían muy difícil que las personas renunciaran a vivir sin el uso de torres de telecomunicación o radiofrecuencias, así como abandonar el uso de sprays ni siquiera a nivel doméstico, por lo que se teme una reacción tardía.
La organización internacional Greenpeace propone a priori las siguientes medidas urgentes:
Investigación y seguimiento de la salud de las abejas.Prohibir inmediatamente el uso de plaguicidas tóxicos.Fomentar alternativas agrícolas naturales.
Crear un sistema de áreas protegidas libres de telecomunicaciones.
Mucha razón asiste al doctor David Susuki al declarar: “Noticias diarias documentan la más mínima caída o subida de la bolsa o la industria de la subasta. Sin embargo, ignoramos deliberadamente el balance de los servicios que nos presta la naturaleza como la absorción de dióxido de carbono y liberación de oxígeno; la protección contra la erosión y la polinización de frutos y semillas y sin polinización todos los sistemas económicos colapsarían. Un mundo sin abejas sería un mundo sin gente”.